Zaffaroni: “Cada país tiene la cantidad de presos que quiere”

“Cada país tiene la cantidad de presos que quiere”, afirmó el Juez de la Suprema Corte Raúl Zaffaroni en una entrevista que transmitió la televisión pública y que trató sobre las personas privadas de su libertad, la policía, la relación de esta con el poder político y el tema que parece mantener en vilo a gran parte de la sociedad: la inseguridad.
El ministro de la corte aseguró que las cárceles de todo el mundo están llenas de bobos, ya que la gente no está ahí por lo que hizo si no porque no supo hacerlo. “Hay quienes aprenden a fundar un banco, quienes aprenden a fundirlo y quienes aprenden a asaltarlo. Captan al estúpido, al más torpe, al que no tiene el entrenamiento para hacer algo más elaborado. No es una conspiración, funciona así porque es más simple sorprender a alguien que va vestido de ladrón y roba”, afirmó.
Aseguró que la privación de libertad debe ser el último de los recursos y que la cantidad de reclusos es una decisión política que no tiene nada que ver con el nivel de inseguridad, de la que observa: “Cuando se debilita el estado de bienestar se crea una situación de inseguridad. Uno pierde la previsión de la carrera, la previsión del trabajo, la previsión de la salud o de la asistencia social a la familia, etc. Esa situación de inseguridad la neutraliza a través de una campaña de discurso único de medios de carácter vindicativo que muestra como fuente de toda esa amenaza a la delincuencia común, entonces se pasa de un estado de bienestar a un estado penal”.





Dijo que el problema ideológico viene desde estados unidos, donde se disparó el índice de pricionizalisacion y hoy tiene 5 millones de personas controladas por el poder punitivo, 2 millones presas y el resto en libertad condicional. En ese sentido supero a Rusia, que “siempre fue la campeona”.
Visiones en las que se ve a la delincuencia común como única causa de inseguridad nos acerca a un modelo de derecho penal del enemigo más puro, tema del que escribió Zaffaroni y del que explicó que: “Se triplica el sistema penal. Tenemos el formal, uno paralelo que son puestas en disposición del poder ejecutivo o lo que pasa en Guantánamo y otro subterráneo como los centros clandestinos de detención”.
Con respecto a la policía, recomendó que habría que dejar que se sindicalicen para que puedan discutir horizontalmente sus condiciones laborales. Cree que hay que subir sueldos y especializarse ya que “no le dejamos nuestra saludo en manos de cualquiera, no deberíamos dejar nuestra libertad ni nuestra vida en manos de cualquiera”




Con respecto a la policía, también afirmó que se debe planificar un modelo de fuerza que no tenemos, que acabe con la lógica de intercambio de recaudación por gobernabilidad con el poder político porque ya no funciona mas. Aseguró que con la globalización han entrado diversos tipos de tráfico, que exceden en consecuencias a los tradicionales como la prostitución o las salas de juegos, porque en estos, su mayor capacidad es financiera, lo que “descontrola mandos medios”, se pierde la verticalidad y la atomización se vuelve peligrosa ya no solo políticamente si no también desde el punto de vista de la propia inseguridad.

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