Extra: Lanata esta viejo.

Jorge Lanata birló la seguridad de la dictadura que lo condenó al exilio y visitó el programa del periodista Luis Majul la semana pasada. En ella el redactor de La Nación afirmó que a ambos se les había perdido el respeto y Lanata, no aclaró que solo a él se le había tenido alguna vez respeto, pero so pidió más respeto para él.

Incluyó entre los destinatarios del pedido a los de seis siete rocho; a Víctor Hugo Morales que opina lo que opina porque es medio gil y porque le pagan; a algunos periodistas que trabajaron con él y todavía no crecieron como otros, que lo hicieron tanto que siguen pensando como él; a los que les mandan mails; a los que escriben blogs y en definitiva a todos los “boludos” que no lo respetan.

Luego, en un mini-debate que se armó con el presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Lanata, en un ataque de sinceridad punk, gritó: “No me importa la oposición, no me importan ustedes, no me importa nada”.

El libro “Que les paso” es una maravillosa crónica introspectiva en el que su discípulo periodístico, Ernesto Tennenmbaun, cuenta su divorció de la realidad y puede ser una herramienta para entender como le paso a Lanata, porque lo que le paso es claro: esta viejo.

Y está trabajando mucho para afuera, viste: otra cosa, otra mentalidad. No es el primero al que las luces malas del centro del mundo, le hacen meter la pata. Asi que cuando nos visita, nos cuenta de lo mal que nos ven afuera, de tan tilingo que se hizo.

Pero lo más probable que no hayan cambiado mucho más de lo que los cambio el tiempo, aunque los tiempos cambiaron. Están viejos, exhibiendo su decadencia en la tele que casi siempre se trata de eso: de exhibir decadencias.

Agradezcámosle el largo tiempo en que supieron ser relatores de la realidad, reconozcámosle la lucha, y homenajeémoslo como se homenajea a una vieja gloria del futbol: viéndolos en videos, no poniéndolos por Messi en la selección.