Entra Juan


Luis entra a su casa, lleno de bolsas con las bebidas, cantado contento: “revienta la bailanta ya comienza el show, ha vuelto el matador, ha vuelto el matador” y suena el portero eléctrico.

Luis: Pero, ¡me cago! (deja las bolsas en el piso y atiende) Comisaria. ¿Qué haces Juan? ¿Cómo va? Si, te abre el portero. Dale subi. (mira lo hora y empieza a guardar las botellas en la heladera hasta que suena el timbre. Va a atender y entra Juan con dos valijas)

Juan: Me peleé con Paula.

Luis: ¿Cómo? ¿por qué?

Juan: Y… no daban más las cosas. Ya no nos llevábamos bien, quería buscar por otro lado. Y encima ahora, que vuelve el matador.

Luis: No te puedo creer que te peleaste para salir de joda. ¡Cómo te gusta todo esto, eh!

Juan: No es eso solo. Con Paula no nos estábamos llevando bien. Ella quería tener hijos, no sé.

Luis: ¿Quería tener hijos? ¡Qué yegua!

Juan: Si, y yo no estoy preparado. Encima desde que nos mudamos juntos que se puso mas rompe pelotas que nunca.

Luis: No es que se puso. Son asi. Por eso, no hay nada más lindo que ser soltero.

Juan: Y vos, que estas soltero. Muchas minitas, ¿no?

Luis: Montones. Me estoy a punto de voltear una piba que no sabes lo que es. Una bomba. Labura en la parte de ventas de un supermercado.

Juan: ¿Qué es? ¿Cajera?

Luis: Si, bueno. Entre otras cosas. Pero hay mas, eh. Está llena de mujeres esta ciudad. Y son todas putas. Una más puta que la otra.

Juan: Lo que es yo, no quiero más minas por un buen rato. Son víboras, te enroscan para que hagas lo que quieren ellas y ellas lo único que quieren es procrear. Es como que tienen una parte del cuerpo, que es el útero, y lo quieren usar si o si. Yo las entiendo, imagínate si al hombre no le dejaran usar el brazo izquierdo.

Luis: Conozco muchos que verían su vida sexual disminuida en un cincuenta por ciento.

Juan: Pero es así. Te quieren modificar, además. Todo lo que yo antes hacía, y ella me decía que le gustaba, mágicamente dejo de gustarle. Ahora, que se agarró con que quiere tener un hijo. Es así, quieren al Che Guevara para afeitarle la barba.

Luis: Pero lo que vos no queres, es novias. Las novias quieren modificarte. Las minitas no.

Juan: pero después las minitas se te hacen novias. Si uno es tan boludo que marcha solo a la cárcel.

Luis: Pero si lo tenes claro no. Hay que engañarlas desde el minuto uno.

Juan: No se, si hasta el matador, que es el que más clara la tenia, se enganchó con esa gallega y estuvo 6 años viviendo en España. Y los dos que estuvo acá, poco más que ni aparecía.

Luis: Si, eso es cierto. Pero se terminó divorciando. A él le gusta todo esto.

Juan: A todos nos gustaba, y al final terminamos cayendo. Yo la conocí a Paula, Miguel a Cristina, vos a …

Luis: ¡No la nombres! ¿Qué tomamos? ¿Cerveza o Fernet?

Juan: Que somos, ¿inmundos cordobeses? Trae una birra.

Luis va a la heladera y saca una cerveza, pero no se interrumpe el dialogo.

Luis: ¿Hace cuanto que salías con Paula?

Juan: Un montón. Más de seis años.

Luis: ¿tanto?

Juan: Claro, si la primera vez que la lleve al grupo fue para el casamiento del matador.

Luis (melancólico): Es verdad.

Suena el timbre

Luis: Ese debe ser Ariel, que está todo el día al pedo en el ministerio y por eso llega siempre temprano. (Va hacia el portero eléctrico) Comisaria. ¿Qué haces Ariel? ¿Cómo va? Si, te abre el portero. Dale subí.

Juan: ¿Sigue en el ministerio Ariel?

Luis: Y si. Si total, las jodas se las pagamos todos

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