Miles de giles, un puñado de garcas, sus familiares y algunos
curiosos marcharan este jueves al obelisco a exigir vaguedades, recorte de
subsidios a todos menos a ellos y “basta de K”. En los párrafos que siguen, en
breve análisis de cada uno de los actores de esta farsa.
Los Garcas.
Van a ir pocos. Son los dueños de empresas que les parece
natural tener empleados en negro; financistas que, de la compra venta de
divisas, hacen fortuna sobre la ruina de la patria (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-207111-2012-11-04.html)
; Gente de campo, pobres propietarios de
un campo que es 200 veces tu casa; el PRO y sus satélites.
Sus familiares
Esposas que están al pedo todo el día; hijos que estudian en
una universidad privada; sobrinos que cobraron una herencia. No suman muchos,
pero van a ir todos porque les indigna que el estado le dé a “los negros” una milésima
parte de lo que a ellos les dio su pariente. Se dicen defensores de “la cultura
del trabajo” aunque, como los murciélagos, no pongan la espalda ni para dormir.
Los giles
Los hay por todas partes, pero en Capital Federal crecen
silvestres. Los hay de todo tipo: los que marcharon con Blumberg cuando era
ingeniero, y hace años vienen advirtiendo que: “la inseguridad esta cada vez
peor”; Los que quieren ahorrar en dólares y les gustaría que al gobierno le
vaya mal aunque ello implique que a él le vaya mal; Los que tienen un amigo que
conoce un empresario que no puede entrar por la aduana no se acuerda que cosa; los
que quieren decir: “viste que tenía razón”; Los que solo les interesa algo si
es “solo para ellos”, y les jode compartirla con “los negros”; Los que la odian.
Curiosos
Oficinistas que van porque va un compañero; Periodistas que
van a amplificar, periodistas que van a hacerse pegar; Gente que pasaba por ahí
y se quedo a ver qué onda; Desarrolladores de una empresa que terceriza
servicios para una constructora que ganó una licitación para asfaltar el camino
de buenas intenciones que conduce al infierno.
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